lunes, 13 de julio de 2015

EQUIPO 9 GÉNERO Y EDUCACIÓN








CONTENIDO

RESUMEN
NOTAS DE CLASE 
EVIDENCIAS 


Resumen
Género y educación



Género 




«A diferencia de sexo en el sentido de “sexo biológico”, el término género (en inglés, gender) indica las características sociales y el rol de género aprendido individualmente. Este rol se encuentra definido, en lo esencial, por la organización social, cultural y económica de una sociedad, así como por las normas y valores legales, religiosos y éticos vigentes. La asignación de este rol puede variar mucho entre las diferentes so-ciedades. Aun dentro de una misma sociedad, la diferencia de rol puede diferir considerablemente dependiendo de la edad, estado civil, situación económica, pertenencia a un determinado grupo étnico o a una religión. En contra de lo que ocurre en el caso del “sexo biológico”, el rol de género socialmente determinado y los espacios para la acción de hombres y mujeres que este conlleva son variables y dinámicos».
La acción combinada de medidas de transversalización del enfoque de género (gender mainstreaming), del género como tarea intersectorial y del fomento específico de grupos discriminados se denomina «enfoque de doble vía» o dual track approach en inglés. Esta estrategia de doble vía se ha impuesto de tal manera que ha ocu-rrido un cambio en el concepto de la transversalización del enfoque de género principalmente como tarea intersectorial y se han terminado integrando ambas estrategias (tarea intersectorial y fomento específico) bajo la denominación de transversalización del enfoque de género. No obstante, el empleo de estos términos no es homogéneo ni inequívoco.



Objetivo
Por medio del enfoque de género se debe contribuir a la creación de una sociedad justa y con iguales derechos para todos, así como superar las prácticas de marginación. Para este fin es necesario sacar a la luz y definir las relaciones entre los sexos, analizar las diferencias y las formas de discriminación específicas, así como desarrollar y poner en práctica estrategias para superar las desigualdades y la marginación.
Las diferencias de género son tan antiguas como la humanidad. Si bien hasta una vez entrado el siglo XX se les negó a las mujeres en gran parte el estatus como individuos con derechos, hoy en día se reconoce la igualdad formal entre los sexos en la mayoría de los países. Pero en la práctica las cosas son diferentes, pues las formas de discriminación específicas de género continúan siendo un elemento estructural impor-tante en la sociedad, la política y la economía. Aunque esto no ocurre siempre, la mayor parte de las investigaciones indican que las mujeres poseen menos influencia y poder de decisión, y que sus intereses se encuentran peor representados.
La ambición de lograr una mayor equidad entre los sexos estuvo mucho tiempo regida por diferentes teorías preconcebidas y objetivos políticos. A pesar de que la ambición tradicional de la equidad de género se basó en un principio y hasta las décadas de 1960 y 1970 en el deseo de una igualdad (formal), al tener el movi-miento feminista liberal sus raíces históricas en el movimiento sufragista, durante la década de 1970 el movimiento feminista realzó la diferencia entre los sexos (por ejemplo, el feminismo radical y el feminismo ecológico). Estos conceptos, orientados hacia la identidad y muchas veces existencialistas, apelaban a la supuesta «mejor naturaleza humana de las mujeres». A partir de la década de 1990 se llamó la atención sobre el carácter socialmente construido del género mediante enfoques deconstructivistas. De acuerdo con estos, las diferencias entre los sexos serían cuestionables en general y las identidades de género serían variables.16 Como nueva directriz para el desarrollo se ha tomado también en cuenta el rol masculino, incluidas las consecuencias que generan en los hombres una mayor participación femenina en el poder, las formas en que los hombres obstaculizan o contribuyen a una mayor equidad de género y los conceptos de masculinidad.17
Tal como en algunos países y contextos los derechos humanos se rechazan por ser un «concepto occidental», en muchos lugares se critican –a veces difamándolos– los movimientos en pro de los derechos de la mujer, los enfoques feministas, las iniciativas de género y las campañas contra la discriminación como iniciativas occidentales y orientadas a la clase media, y se consideran como una agresión contra las tradi-ciones y las prácticas culturales, así como contra la unidad social y familiar.
El enfoque de género enarbolado por los nuevos movimientos basados en el de constructivismo ha logrado resaltar el carácter universal de los derechos de la mujer y el derecho a la no discriminación, y superar el dominio «de la clase media occidental de raza blanca» en los movimientos anteriores mediante una mayor amplitud de temas y la integración de movimientos de mujeres de diferentes procedencias culturales e intereses temáticos.
Áreas de aplicación en la práctica e Implementación
En el nivel estructural, las leyes de igualdad y la creación de directrices marco justas para ambos sexos sirven como requisito para la real igualdad de género.
A nivel escolar e institucional, deben crearse en las propias escuelas las condiciones para posibilitar una organización sensible al género.
En el nivel personal, es necesario que cada uno de los colaboradores y colaboradoras adquiera una competencia en materia de género a través de una capacitación específica, esto es, una sensibilización relativa a las condiciones jerárquicas existentes entre los sexos.
El nivel del contenido profesional y metodológico reúne varias áreas y está estrechamente ligado al nivel personal.

NOTAS DE CLASE 

EVIDENCIAS FOTOGRÁFICAS 








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