miércoles, 24 de junio de 2015

EQUIPO No. 2 LA INTERCULTURALIDAD EN LA EDUCACIÓN


CONTENIDO:
E-RESUMENSÚMEN
  -NOTAS DE CLASE
  -EVIDENCIAS DE CLASE


-EVIDENCIAS 





       RESÚMEN EQUIPO # 2

 
 



LA INTERCULTURALIDAD EN LA EDUCACIÓN














Como concepto y práctica, la interculturalidad significa “entre culturas”, pero no simplemente un contacto entre culturas, sino un intercambio que se establece en términos equitativos, en condiciones de igualdad. Además de ser una meta por alcanzar, la interculturalidad debería ser entendida como un proceso permanente de relación, comunicación y aprendizaje entre personas, grupos, conocimientos, valores y tradiciones distintas, orientada a generar, construir y propiciar un respeto mutuo, y a un desarrollo pleno de las capacidades de los individuos, por encima de sus diferencias culturales y sociales. En sí, la interculturalidad intenta romper con la historia hegemónica de una cultura dominante y otras subordinadas y, de esa manera, reforzar las idea de la sociedad (Walsh, 1998).
La diferencia entre multi-, pluri- e interculturalidad
La multi-, pluri- e interculturalidad se refieren a la diversidad cultural; sin embargo, apuntan a distintas maneras de conceptualizar esa diversidad y a desarrollar prácticas relacionadas con la diversidad en la sociedad y sus instituciones sociales, incluyendo la educación.
La multiculturalidad es un término principalmente descriptivo. Típicamente se refiere a la multiplicidad de culturas que existen dentro de un determinado espacio, sea local, regional, nacional o internacional, sin que necesariamente tengan una relación entre ellas. Su uso mayor se da en el contexto de países occidentales como los Estados Unidos, donde las minorías nacionales (negros e indígenas) coexisten con varios grupos de inmigrantes, minorías involuntarias como los puertorriqueños y chicanos, y los blancos, todos descendientes de otros países principalmente europeos; o como en Europa donde la inmigración se ha ampliado recientemente.

Las relaciones de interculturalidad e identidad, unidad y diversidad
La interculturalidad es inseparable de la cuestión de la identidad. El hecho de relacionarse de manera simétrica con personas, saberes, sentidos y prácticas culturales distintas, requiere un autoconocimiento de quién es uno, de las identidades propias que se forman y destacan tanto lo propio como las diferencias. La identidad propia no es algo que podemos elegir, sino algo que se tiene que negociar socialmente con todos los otros significados e imágenes construidos como conocimientos que nuestro propio uso de la identidad activan (Hall, 1997). Es decir, identificarnos dentro del entorno familiar y cultural requiere, al mismo tiempo, diferenciarnos de otros distintos y diferentes procesos de identificación, muchas veces inconscientes.
Pero hacer estos procesos evidentes, es parte de construir la interculturalidad, de reconocer que hay una dialéctica entre la identidad y la alteridad, la mismidad y la otredad, la pertenencia y la diferencia (Guerrero, 1999a).
Lo inter es lo que Homi Bhaba (1994; 1998) refiere como el espacio intermedio o el “tercer espacio” donde dos o más culturas se encuentran, un espacio de traducción y negociación en el cual cada una mantiene algo de sí, sin asimilarse a la otra.


La interculturalidad es:
Un intercambio que se construye entre personas, conocimientos, saberes y prácticas culturalmente distintas, buscando desarrollar un nuevo sentido de convivencia de éstas en su diferencia.
Un espacio de negociación y de traducción donde las desigualdades sociales, económicas y políticas, y las relaciones y los conflictos de poder de la sociedad no son mantenidos ocultos sino reconocidos y confrontados.
Una tarea social y política que interpela al conjunto de la sociedad, que parte de prácticas y acciones sociales concretas y conscientes e intenta crear modos de responsabilidad y solidaridad.
Una meta por alcanzar.
La interculturalidad en la educación bilingüe
En la educación bilingüe, el uso del término intercultural se inició a principios de los años ochenta. Más que “bicultural”, recalcaba la necesidad de establecer políticas nacionales de plurilingüismo y multietnicidad orientadas a la oficialización de lenguas indígenas y la necesidad de promover visiones correctas y no discriminatorias del conjunto social. En su aplicación no fue asumida como deber de toda la sociedad, sino como reflejo de la condición de marginalización lingüística y cultural.
Criterios pedagógicos para el desarrollo de la interculturalidad
La autoestima y el reconocimiento de lo propio
La interculturalidad parte de una base segura sobre uno mismo, es decir, de un claro sentido y conocimiento de quién es uno y cómo se identifica personal y colectivamente. A eso se incorporan características físicas, experiencias vivenciales, organización familiar, descendencias y parentesco, territorio y comunidad, la vida individual y colectiva, comunicación verbal y no verbal, relaciones sociales, económicas, religiosas y relaciones con la naturaleza. El referente principal en el contexto rural es la comunidad local, el ámbito microsocial, aunque otras categorías culturales regionales o nacionales también pueden servir como referentes (por ejemplo, la identidad quechua o aimara). A partir de este referente y como elemento de la construcción de identidades mismas, es importante considerar los juegos entre el pasado y presente, es decir la revitalización de elementos históricos en el presente y la historización de elementos nuevos.

Los conocimientos, los saberes y las prácticas locales
Los conocimientos, saberes y prácticas locales conforman el sentido común de una comunidad o un grupo social particular, y otorgan definición a la idea de pertenencia e identidad compartida. A diferencia del conocimiento “occidental”, “factual” y “científico”, que se funda en la separación de los humanos, los vínculos emocionales y la naturaleza, los conocimientos locales en el mundo andino-amazónico parten de esas conexiones y se construyen siempre colectivamente, como procesos de mutuo aprendizaje o crianza mutua que involucra, no solamente los seres humanos, sino los animales, las plantas, el sol, la luna, etc.
Conocimientos y prácticas de “otros”
Un aspecto importante de la interculturalidad es la exploración de lo desconocido para poder interrelacionar, comparar, contrastar, combinar, asociar e integrar en una forma concreta, diversos conocimientos, prácticas y formas de pensar y actuar.
Este criterio busca desarrollar, primero, un conocimiento sobre otras culturas y regiones del país, permitiendo un reconocimiento de la diversidad cultural y nacional y el intercambio de conocimientos y prácticas específicas y distintas de varias comunidades, grupos y regiones incluyendo lo andino y lo amazónico, intentando así romper estereotipos, percepciones negativas y desinformación sobre lo no-conocido.
Esta exploración permite ver las semejanzas y las diferencias como también la presencia muchas veces inconsciente en lo “propio” de conocimientos y prácticas de “otros”. Segundo, intenta introducir conocimientos y prácticas de otros países vecinos y de otras partes del mundo siempre con el objetivo de interrelacionar lo ajeno con lo propio.

La problemática de conflictos culturales, racismo y relaciones culturales
negativas
En el Perú, como en otros países andinos, las relaciones entre distintos grupos culturales tienen una trayectoria histórica desde antes de la Colonia hasta el presente, una trayectoria muchas veces conflictiva, caracterizada tanto por relaciones de poder, control y cambio cultural, desequilibrios sociales, económicos y geográficos, racismo, discriminación y resistencia como también por procesos de mestizaje, campesinización y homogeneización.
Unidad y diversidad
La interculturalidad busca establecer un equilibrio y complementariedad entre la unidad necesaria para una sociedad (o para coexistir en cualquier espacio social) y la diversidad cultural en el nivel individual y colectivo, un equilibrio y complementariedad que pueden llevarnos a una eventual convivencia democrática.


Tal proceso requiere un reconocimiento que, además de los saberes, conocimientos, prácticas, creencias y convicciones culturalmente inscritas, existen rasgos comunes y orientaciones universales que todos los miembros de conceptos como comunidad, nación, ciudadanía y democracia en los momentos actuales y resaltar que, a pesar de la globalización, la heterogeneidad es cada vez más evidente.


        NOTAS DE CLASE 





    EVIDENCIAS







EQUIPO No. 1 CONCEPTOS GENERALES SOBRE DIVERSIDAD CULTURAL E INTERCULTURALIDAD EN EL MARCO DE LA GLOBALIZACIÓN




CONTENIDO:

-RESÚMEN
-NOTAS DE CLASE

-EVIDENCIAS 


RESUMEN 
EQUIPO #1


CONCEPTOS GENERALES SOBRE DIVERSIDAD CULTURAL E
INTERCULTURALIDAD EN EL MARCO DE LA GLOBALIZACIÓN





Es necesario situarse en el momento histórico y político en el que estamos inmersos, caracterizado por un proceso creciente de globalización, en el que las tecnologías de la información y comunicación y las circunstancias económicas intensifican los flujos de capital, de mercancías y de información.
Para ello es necesario contar con una formación del profesorado anclada en los siguientes principios: atención a la diversidad, escuela inclusiva y educación intercultural.
Hay que señalar que en dicha formación deben crearse los tiempos y espacios necesarios para la sensibilización, la clarificación conceptual y la reconstrucción conjunta de conocimientos y valores compartidos por los educadores. Abordar la educación (el currículum, los proyectos de centro, las programaciones) buscando la coherencia necesaria entre la teoría y la práctica sería un punto de confluencia en esta propuesta. Esta conjunción entre teoría y práctica habría de articularse en un esquema que tuviera en cuenta un permanente diálogo entre lo global (las condiciones de la realidad sociohistórica que acabamos de comentar) y lo local (las condiciones de nuestras aulas y de nuestros centros). Actuar localmente (en nuestras aulas, en nuestros centros) pensando globalmente podría ser una interesante propuesta de partida.

¿Qué entendemos por cultura? La(s) cultura(s) en un mundo
Globalizado. Identidades, estereotipos y racismo.





Cuando hablamos de cultura (o mejor, de culturas) no nos referimos solamente a las expresiones y tradiciones intelectuales y artísticas refinadas de la alta cultura, sino que tenemos en mente un concepto que, aunque en principio pudiera tener que ver sobre todo con lo antropológico, se ha incorporado a nuestro discurso cotidiano.
Centrándonos en la concepción antropológica de cultura, han existido multitud de definiciones a lo largo del desarrollo de la disciplina antropológica desde que Tylor propusiera la siguiente definición en 1871: “Cultura es el todo complejo que incluye el conocimiento, la creencia, el arte, la moral, la ley, la costumbre y cualquier otra capacidad o hábito adquirido por el hombre en tanto que miembro de una sociedad”. Como ejemplo de la complejidad que conlleva la definición del término podemos acudir a la que propone Geertz en 1973, un siglo después de la de Tylor: “la cultura es un sistema ordenado de significado y símbolos en cuyos términos los individuos definen su mundo, expresan sus sentimientos y emiten sus juicios”. En cualquier caso, aun sin disponer de una definición unánime, existe en la actualidad un cierto consenso antropológico en torno a lo que es una cultura. Siguiendo a Adam Kuper, tal consenso, que nos puede ayudar a entender lo que son las culturas, se basa en tres supuestos:

- La cultura no es un asunto de raza; se aprende, no la llevamos en nuestros genes; en este sentido, es necesario recalcar que todos los seres humanos compartimos la gran mayoría de nuestra información genética y que las mínimas diferencias existentes en el ADN son diferencias individuales (que, por otra parte, pueden ocurrir entre individuos que son percibidos como “de la misma cultura” y no sólo entre individuos de “distintas culturas”). El concepto de raza, basado en la transmisión de diferencias genéticas que condicionaban no sólo ciertos aspectos físicos sino otros como el comportamiento, la lengua o la inteligencia, es un concepto científicamente refutado.

 - La cultura común humana ha avanzado y progresado en un proceso de muy larga duración que nos ha diferenciado del resto de homínidos; este proceso de larga duración, que ha dado como resultado el desarrollo de sistemas sociales complejos y la propagación y desarrollo de la población humana frente a otras poblaciones no humanas, se entiende como un proceso que ha afectado a todos los seres humanos.

- La cultura es esencialmente una cuestión de ideas y valores, un molde mental colectivo –por tanto, se trata de un sistema simbólico. Y estos símbolos, ideas y valores aparecen en un espectro de formas de una diversidad casi infinita.


Teniendo todo esto en cuenta, podemos decir que cuando hablamos de diversidad cultural nos referimos al conjunto de estrategias, normas y valores que los distintos seres humanos han sido capaces de desarrollar para vivir en grupo y para adaptarse a lo largo del tiempo a diferentes entornos y diferentes espacios.
La identidad personal es única y diferente a ninguna otra persona, está muy relacionada con el auto concepto y dónde se cruzan los sentimientos que uno tiene de sí mismo y los que tienen los otros. Sin embargo, la identidad colectiva supone un sentimiento de pertenencia a un grupo cuando se apropia de los saberes, destrezas y valores de dicho colectivo. La identidad colectiva provoca un sentimiento de seguridad y protección.
La superación de estereotipos y prejuicios es una de las tareas de la educación intercultural y antirracista, y por ende, de la formación de los educadores y educadoras.
Allport (1954) define estereotipo como una creencia exagerada con, o acerca de, las costumbres y atributos de un determinado grupo o categoría social, en función de la cual se justifica o racionaliza nuestra conducta en relación a dicha categoría.
Estereotipo y prejuicio son mecanismos cognitivos basados en ideas y opiniones ya formadas sobre el entorno de forma indirecta. El prejuicio además incluye una valoración implicando el acto de juzgar, rechazando o desaprobando, implica un juicio negativo preconcebido de personas y grupos basado en estereotipos.
Los estereotipos juegan un papel importante en relación a la discriminación y el trato a las minorías, así como en relación al racismo y xenofobia. Los estereotipos forman parte del mundo de las creencias y actitudes que a su vez son parte de las motivaciones y acciones de las personas. Por tanto, los estereotipos negativos pueden dar lugar a actitudes prejuiciosas y a comportamientos más o menos discriminatorios, racistas o xenófobos, y de ahí a la exclusión.

Modelos de integración e interculturalidad.

El término integración, muy usado en el campo de la política social y también de la educativa, ha ido acompañado de recelos y dudas de mayor o menor calado dependiendo de los países. En particular en la Unión Europea la palabra integración se ha usado en positivo y como modelo de política social, y educativa, a seguir con los inmigrantes. No han faltados críticos a este concepto por su uso y abuso en Europa, considerando la integración como asimilación.
Los modelos que vamos a ver son alternativas en positivo para la gestión de la diversidad cultural. No podemos olvidar que existen otras alternativas negativas como “no hacer nada” y la “marginación”.
La asimilación exige a los grupos minoritarios que dejen a un lado sus pautas y referencias culturales para insertarse en la mayoría culturalmente dominante. Esta alternativa presenta dos principios antagónicos: por un lado se parte del interés por la otra persona para que tenga las mismas posibilidades que las personas autóctonas; y por otro lado, se le exige que renuncie a su cultura para incorporar la nuestra como algo indispensable para su integración.

Educación intercultural. La escuela como espacio de relaciones
Interculturales.

En el apartado anterior hemos estado viendo los modelos de integración y el concepto de interculturalidad. Como es lógico, todo esto tiene su influencia y se repite en los modelos educativos.
Siguiendo a Besalú (1991) en Carlos Giménez (2000) distingue los siguientes tipos de educación o escuela:


Educación racista o segregadora, en la que se separa a los alumnos y alumnas según su procedencia racial o etnocultural.
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Educación asimilasionista que pretende conseguir de forma más o menos paulatina la asimilación a la cultura dominante de los inmigrantes o de las minorías.

La educación integracionista o compensadora plantea no sólo el aprendizaje de la lengua y cultura receptora sino también de la lengua materna; y la necesidad de conseguir la igualdad de oportunidades para todos los alumnos y alumnas independientemente de su origen social o cultural.

La educación pluralista asume el derecho a la diferencia dando importancia a aspectos como la provisión de información de las culturas de inmigrantes y minorías, y la visión funcional de la lengua y la cultura. Sin embargo plantea algunos limitaciones y riesgos como las siguientes: tratar a los grupos como realidades monolíticas, el folklorismo en el tratamiento de las diferencias culturales, la segregación y separación por grupos.

Educación intercultural, educación en y para la interculturalidad es necesaria para todas las sociedades y culturas y para todas las personas, no está centrada en los que son culturalmente diferentes.




NOTAS DE CLASE






EVIDENCIAS






martes, 16 de junio de 2015

PRESENTACIÓN Y CONSIDERACIONES



UNIVERSIDAD JUÁREZ AUTÓNOMA DE TABASCO
DIVISIÓN ACADÉMICA DE EDUCACIÓN Y ARTES 
Licenciatura en ciencias de la educación 

ALUMNA:

Adriana Pérez Gómez 

ASIGNATURA:

Educación intercultural en México 

CATEDRÁTICO 

Dr.  Ariel Guiérrez  Valencia